La
tarta tres chocolates es un clásico que siempre triunfa... y como en mi casa
hay un enamorado de esa tarta que no puede tomar lactosa, fui adaptando la
receta original hasta conseguir una apta para intolerantes… mucho más ligera
pero igual de sabrosa, más digestiva, con menos grasa… pero no he conseguido
encontrar chocolate blanco sin lactosa, así que se queda en una tarta dos
chocolates.
Primero,
pongo un paquete de galletas integrales
que no contengan lactosa en el vaso de la Thermomix y las trituro. Agrego unos 50 gr. de margarina 100% vegetal y un
chorrito de leche semidesnatada sin
lactosa, y le doy unos golpes de turbo.
Yo
utilizo un molde redondo con aro desmontable que tiene la base redonda de
cristal, así que no se me pega; pero si utilizas un molde clásico, es mejor que
forres la base con film transparente o papel vegetal para que no quede pegada
la parte de debajo de la tarta.
Hago
una bola con la masa de galletas, y la extiendo por la base del molde
aplastándola bien para que quede lisa y bien repartida. La meto en la nevera
para que se endurezca.
Luego
pongo en la Thermomix 150 gr. de chocolate
para postres y lo trituro con unos golpes de turbo. Añado medio litro de leche semidesnatada sin
lactosa, 75 gr. de azúcar y 1 sobre
de cuajada. Programo 5 minutos, 90º, velocidad 3.
Lo
vierto sobre la base de galletas y lo dejo una media hora en la nevera.
Después
pongo en la Thermomix 150 gr. de chocolate
con leche sin lactosa (lo compro en Mercadona) y lo troceo con unos golpes
de turbo. Incorporo medio litro de leche
semidesnatada sin lactosa y 1 sobre
de cuajada. Programo 5 minutos, 90º, velocidad 3.
Con
un tenedor rasco la superficie de la capa de chocolate negro, porque así la
siguiente capa se agarra mejor y no se desmonta. Vuelco encima la mezcla de
chocolate con leche, y lo dejo en la nevera mínimo 4 horas para que cuaje todo
bien.
La
receta también puedes prepararla sin Thermomix, en un cazo y removiendo con una
cuchara de madera. Sólo tienes que tener en cuenta que la cuajada no puedes
echarla hasta que la leche empiece a hervir.
Esta
tarta queda vistosa y ya no necesita más decoración, pero puedes ponerle lo que
se te ocurra (almendras picadas, cacao en polvo…)
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