¡Menuda se ha montado con la Corrala Utopía!
Su desalojo, su realojo…
Llevamos varios días recibiendo un continuo
goteo de noticias sobre el tema… y a mí lo primero que se me viene a la cabeza
es que me parece de muy mal gusto y escandalosa la utilización
político-mediática de las desgracias de la gente.
Que sí, que sí… que los políticos nos quieren
vender que “ellos” ayudan a las personas, pretenden “vendér-se-nos” como alamas
caritativas… Pero ¡NO!... que no, que no… que las administraciones públicas se
sustentan con los impuestos que pagamos todos… Nadie tiene que agradecer el
hecho de recibir una ayuda social a un alcalde, ni concejal, ni presidente, ni
político alguno: es gracias a que vivimos en un Estado de bienestar,
que nos otorga determinados derechos sociales legislados.
Por desgracia, no sólo los ocupantes de la
Corrala Utopía tienen problemas de vivienda. Millones de personas en
España viven como pueden y donde pueden…
El realojo de las familias de la Corrala no
es un problema de izquierdas ni de derechas… es un problema social puntual. Las
dificultades que tienen tantas y tantas personas para tener o mantener su
vivienda es un problema social universal. Y a los políticos
los votamos para que nos representen, nos escuchen y encuentren solución a
estos problemas… no quiero oír hablar de argumentos de izquierdas o de
derechas, que eso ya está obsoleto y pasado de moda... no creo que
solucione nada discutir politizándolo todo.
El conflicto concreto que provocó el realojo
de las familias de la Corrala en la Junta de Andalucía es lógico, porque no es
justo que por hacer “ruido” consigan que una administración pública les ayude
pasando por encima de otras familias que lo necesitan más… para eso están los
baremos y las listas. El respeto y la defensa del cumplimiento de la
ley deben ser defendidos por toda la sociedad, desde todos sus
ámbitos, y no debe ser bandera de ninguna inclinación política sino
que debe serlo de todos y cada uno de nosotros.
Y sí, el realojo de las familias de la
Corrala Utopía supone una discriminación hacia el resto de familias aunque haya
sido por mandato judicial… porque hay muchas otras familias desalojadas
a diario de sus viviendas o que las tienen que abandonar por diversos
motivos, y que tienen que “buscarse la vida” como pueden para encontrar un
techo donde vivir, sin poder saltarse las trabas burocráticas y las listas de
espera.
Y a mí me parece normal que los vecinos de la
Corrala hayan presionado y armen la de San Quintín para conseguir una vivienda…
Cada cual pelea por lo suyo a su manera y sus razones tendrán, que como se dice
en mi tierra “o que non chora, non mama” y protestar es un derecho legítimo.
Pero hay leyes, criterios objetivos, baremos… que sirven para garantizar
la igualdad y evitar que el poder del más fuerte pise a los menos
fuertes (los que protestan pública y notoriamente VS los que no quieren o no
tienen fuerzas ya para hacerlo). El volumen acústico no puede ser nunca
un baremo para medir las necesidades de las personas.
Pero cuidado… porque la Constitución (y el
sentido común) dicen que todos tenemos derecho a una vivienda digna…
pero eso no significa que esa vivienda tenga que ser en propiedad. Creo que las
viviendas de protección oficial deberían ser exclusivamente en alquiler, y
que habría que regular la renta revisándola periódicamente en función
de la renta per cápita de la unidad familiar… así las familias más
necesitadas pagarían una mensualidad muy reducida, y en caso de mejorar su
situación económica de forma temporal o definitiva la renta se adaptaría a las
circunstancias. Por ejemplo (y es sólo un ejemplo para explicar la idea que
defiendo), supongamos que un piso de protección oficial de dos dormitorios en x
ciudad tenga tasado el alquiler en 350 euros: si una mamá con un peque ingresa
sólo 426 euros al mes, entonces que pague 50 de alquiler; y si encuentra
trabajo y pasa a ganar 1.000 euros, que se le suba a 150; y si tiene la suerte
de encontrar un empleo en el que gane 2.000 euros, que pague los 350… y así
tendrá la opción de quedarse en su vivienda aunque aumenten sus ingresos
pagando lo mismo que pagaría en otra casa semejante, o de mudarse a donde ella
quiera ya que tiene más recursos.
¿Por qué no en propiedad?
Porque la adjudicación de las viviendas de protección oficial en propiedad sólo tiene en cuenta los momentos concretos en que es solicitada y otorgada... y se convierte en un problema pagar la hipoteca si los ingresos de la familia disminuyen... y se convierte en algo injusto si las circunstancias familiares mejoran.
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