jueves, 17 de abril de 2014

Pobreza infantil en España

Increíble pero cierto. Hace unos años, al hablar de pobreza infantil me imaginaba a los niños del “tercer mundo”… y, sin embargo, desde que el mes pasado Cáritas situó en un 29,9% la tasa de pobreza infantil en España, no cesan las noticias y programas que hablan sobre el tema.
El martes, Save the Children hizo público un informe en el que afirma que el 33,8% de los niños en España está en riesgo de pobreza… ¡Terrible! Y encima denuncian que en España las políticas sociales para combatir la pobreza infantil son las menos eficaces de Europa tan sólo por detrás de Grecia.
Y pensándolo bien no me extraña. Tener hijos en este país es un lujo…
Habría que abordar el problema desde una perspectiva realista. Por desgracia, la sociedad sigue siendo machista, y en la mayoría de los casos somos las madres quienes nos ocupamos de los peques… y aunque los padres “ayudan” unos más y otros menos, lo cierto es que la responsabilidad principal suele ser de la mujer. Los prejuicios de las empresas a la hora de contratarnos a las mamás, los horarios laborales que no son compatibles con los horarios escolares, la dificultad para encontrar con quien dejar a nuestros peques (¿dónde dejamos al niño si se pone enfermo? ¿y durante las innumerables e interminables vacaciones escolares?)… todo ello influye de forma directa en la pobreza infantil.
Hay quienes tienen la suerte de trabajar de 8 a 3, pero esos son unos privilegiados: la mayoría de los mortales tienen que “sobrevivir” con trabajos a turnos, o jornadas partidas, empleos de fin de semana… Para ser madre y trabajar es indispensable contar con otra persona que se responsabilice de los niños, y no siempre disponemos de ayuda altruista a tiempo completo. Se habla mucho de abuelos que crían a los nietos, pero ¿qué pasa si los abuelos trabajan, si no hay abuelos, si no están disponibles? Al final, “eso de trabajar” se pone imposible, entre las dificultades para que te contraten siendo mamá y la malabárica conciliación de la vida laboral y familiar.
Y si nos vamos a las ayudas sociales, tampoco se nos presenta un panorama mejor. Para empezar no hay una política social unificada en todo el territorio español… en cada comunidad autónoma y en cada ayuntamiento hay diferentes ayudas, con diferentes criterios, lo que implica un atentado contra el principio de igualdad.
Estamos en plena campaña del IRPF 2013 y las deducciones a favor de las familias son aleatorias según la comunidad autónoma… en ésta, ésta sí… en ésta, ésta no… ¡¿Pero esto qué es?! En serio… ¿tanto cuesta unificarlas? ¿Las comunidades autónomas no pueden ponerse de acuerdo?
¿Queremos solucionar el problema o al menos mitigarlo? Para ello las ayudas sociales deberían ser homogéneas en todo el territorio español, con los mismos criterios de acceso, y como mínimo las siguientes:
Incluir como mínimo en el IRPF deducciones (decentes, no cantidades ridículas) iguales en todas las comunidades por nacimiento y adopción en función de la renta familiar, por familia monoparental y numerosa, por los gastos en educación (colegio, guardería, aprendizaje de idiomas, adquisición de libros de texto y de material escolar), por cuidado de hijos menores de 3 años independientemente de si sus padres trabajan o no, y por la contratación de una persona que ayude con el cuidado de los hijos cuando sus custodios trabajan.
Ayuda económica mensual para todas las madres trabajen o no (en su defecto, para el padre custodio o tutor) por cada hijo hasta la mayoría de edad, destinada como mínimo a las familias cuya renta per cápita no supere el salario mínimo interprofesional.
Ayudas a las empresas que contraten madres y a las que favorezcan la conciliación con la vida familiar.
Normalizar y racionalizar los horarios laborales adaptándolos a los europeos.
Prolongar la baja por paternidad, y ampliar la baja por maternidad mínimo hasta los 6 meses para que los peques sean un poco más independientes cuando se escolaricen para que sus mamás puedan trabajar.
Establecer la baja laboral por enfermedad de un hijo cuando le imposibilite para ir al centro escolar.
La gratuidad en los medicamentos y productos ortopédicos recetados a los menores.
Cobertura dental completa en la Seguridad Social para todos los menores de edad.
Bonificación de las cuotas de la Seguridad Social por la contratación de un cuidador para los hijos mientras sus custodios trabajan.
Ampliar la gratuidad de la Educación Infantil para el nivel 0-3 años creando más escuelas infantiles públicas y estableciendo conciertos con las privadas para que el servicio alcance a la totalidad de la población que lo demande.
La gratuidad del comedor y autobús escolar en guarderías, colegios e institutos.
Ampliar los horarios de apertura de todos los centros educativos de cualquier nivel adaptándolos para que los menores puedan permanecer en ellos opcionalmente como mínimo de 7 a 20 horas realizando actividades didácticas y lúdicas o descansando.
Solucionar el problema de las viviendas de protección oficial centrándose en el alquiler en función de la renta per cápita.
Establecer bonificaciones en los recibos de agua, gas y electricidad según el número de menores que vivan en la vivienda.
Aplicar el tipo de IVA superreducido (4%) a pañales y productos de higiene infantil, gafas, todo el material escolar, alimentos de primera necesidad (carne, pescado, yogures, cereales…) y productos de limpieza.
Establecer el importe de subsidios y ayudas a desempleados teniendo en cuenta los menores a cargo.
El problema de la pobreza infantil debe solucionarse de raíz y con carácter urgente.


Manos

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