Llega
la hora de comer y nos morimos por probar ese plato riquísimo que
toca hoy... y de repente... uagggg... ¡Desilusión! No era lo que
habíamos pensado... ¡No hay quién se lo coma!
Hay
errores
garrafales en la elaboración, que estropean ese plato que podría
haber sido comestible. Por eso, si no quieres que tu trabajo termine
en la basura, porque tu comida
es incomible, entonces
nunca, pero nunca-nunca-jamás
hagas:
Comida
aceitosa: resulta muy
desagradable y poco saludable. Si vas a freír algo, no eches la
comida hasta que el aceite esté muy caliente, sino en lugar de
freírse conseguirás que se cueza y absorba el aceite. Y después de
freír algo, ponlo sobre papel absorbente para retirar el exceso de
grasa.
Patatas
crudas: puede ser
tóxico y además no gustan. Es mejor que se te pasen un poquito...
Pruébalas antes de servirlas, y si es necesario vuelve a cocinarlas
unos minutos más.
Pasta
“pegada” o pasada:
la pasta debe quedar suelta, no parecer un engrudo incomible. Hay que
cocerla en una olla grande, con abundante agua, y echarle un chorrito
de aceite de oliva. Remuévela de vez en cuando y ve comprobando si
está lista o no para que no se te pase (normalmente en el paquete
suele indicar el tiempo recomendado de cocción)
Carne
picada, de cerdo o pollo cruda:
no la comas, porque podrías intoxicarte. Métela unos minutos en el
horno o ponla sobre la plancha para que termine de hacerse. Hay que
tener mucho cuidado con la carne picada: debe estar siempre muy bien
hecha.
Ajo
quemado: también es
tóxico. La diferencia entre un ajo tostadito y un ajo quemado es de
unos segundos... pero tendrás que retirarlo del plato.
Comida
muy picante o muy salada:
comienza echando un poquito de condimento... siempre estarás a
tiempo de probar y rectificar.
Carne
mal cortada: La carne
se corta rompiendo la fibra (transversal), porque sino te quedará
durísima y será imposible masticarla.
Guisos
con sabor a quemado:
si se te quema un guiso, el arroz, unas lentejas o cualquier otro
plato nunca pero nunca lo remuevas ni rasques el fondo de la olla.
Intenta “rescatarlo” vertiéndolo inmediatamente en otro
recipiente. Es mejor tirar sólo la comida que se ha quedado pegada a
la olla y no tener que tirar todo... pruébalo, a ver si hay suerte y
no ha cogido sabor a quemado.
Salsas
cortadas:
así no se pueden comer. Una salsa está cortada cuando los
ingredientes se separan, por ejemplo, en el caso de la mayonesa se
corta cuando el aceite y el huevo se separan, y en el caso de la
carbonara se corta cuando se cuaja el huevo y forma una especie de
bolitas. En internet encontrarás muchos trucos para recuperar la
mayonesa, la salsa de queso...
Arroz
pasado:
parece un engrudo. El mejor truco es comprar arroz del que no se
pasa, pero suele ser caro... Así que vigílalo, pruébalo, y si ves
que tu arroz ya casi está y todavía hay mucha agua en la olla,
cuélalo o retira el exceso de líquido con ayuda de un cazo.
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