Las
sardinas enlatadas con aceite de oliva son un alimento rico en hierro… un pescado azul cómodo para consumir y muy barato, que también es una buena fuente
de calcio (si las tomamos con la
espina), fósforo, magnesio, omega 3, potasio,
yodo y zinc.
A
mis hijos les gustan mucho, así que las utilizo para diferentes platos:
bocadillos, ensaladas, pizzas, empanadas, pasta, croquetas, arroces, pionono,
paté… Suelo ponerles sardinillas porque tienen las espinas más pequeñitas que
las sardinas, con la misma excelencia en propiedades.
Hoy
os presento esta receta de empanada
fácil (¡pero fácil de verdad!), con la tendréis éxito seguro presentándola
como aperitivo o como una nutritiva cena.
Primero,
enciendo el horno a 180º.
En
la bandeja del horno, estiro una plancha de masa fresca rectangular de hojaldre (yo suelo utilizar la de Lidl,
que es económica y sube bien) y la coloco sobre el papel vegetal en que viene
enrollada. Marco la mitad del hojaldre, y pongo los ingredientes sólo sobre una
de las mitades (la otra mitad me servirá de tapa).
Abro
dos latas de sardinillas en aceite de
oliva y las voy poniendo abiertas por la mitad sobre el hojaldre. No desecho
la espina, porque no se nota cuando la comes y es muy saludable.
Cubro
las sardinillas con una capa de queso en lonchas. Luego doblo
el hojaldre por el centro a modo de tapa, sellando los bordes.
Con
un pincel de silicona, pinto el hojaldre con un poco de leche
para que se dore, y lo horneo durante unos 15 minutos.
Esta
receta admite muchas variantes: con dos planchas de hojaldre y más
sardinillas podéis hacer una empanada bien grande, también se
pueden preparar empanadas individuales y empanadillas, o tartaletas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario