Siempre estamos
viviendo el pasado, lo que nos han hecho, las experiencias que hemos
tenido... y viviendo el futuro, lo que tenemos que hacer o lo que
deseamos... pero nos cuesta mucho vivir el presente, el
momento inmediato.
El pasado nos provoca
nostalgia, sentimos incertidumbre ante el futuro... y disfrutaríamos
mucho más si nos centráramos en el “ahora”
No se trata de perder
el afán de superación, ni de olvidar el pasado, sino de vivir el
momento presente.
Cada día tiene cosas
especiales y maravillosas si las sabemos valorar. La felicidad se nos
pone enfrente, pero nosotros estamos centrados en un momento
diferente al que estamos viviendo.
¿Cuántas veces hemos
deseado que el tiempo pase rápido para que llegue el día de una
fiesta o de emprender un viaje planeado? ¿Por qué no disfrutar de
cada día como si fuera “ese” día?
Admira las cosas bellas
que te trae el presente, alégrate de estar aquí y ahora, aprovecha
los momentos de descanso o de actividad, observa el cálido cielo
azul o las románticas formas de las nubes, goza de las risas de tus
hijos hoy igual que lo hiciste mientras abrían los regalos de Reyes,
admira el paisaje que te rodea igual que lo harías si estuvieras en
un país exótico, disfruta al máximo de lo que tienes ahora porque
eso te hará vivenciar emociones positivas que te aportarán
placer y bienestar mejorando tu calidad de vida.
Hoy me he enterado de
que una amiga, una persona con una sensibilidad especial y todos los
méritos para ser feliz ha perdido a uno de sus hijos tras una larga
enfermedad. No consigo alcanzar a comprender el inmerecido dolor que
debe sentir, pero supongo que será el sentimiento más desgarrador
del mundo. Y eso me ha llevado a reflexionar sobre el presente en
general... porque generalmente valoramos más el presente durante el
futuro o el pasado, y no cuando lo estamos viviendo.
¡Disfruta de este día!
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