Sin duda, el salmón
es el pescado favorito de mi familia. Tiene un sabor muy
característico y admite múltiples preparaciones y presentaciones.
Se puede encontrar de oferta en el supermercado a partir de 5,90€
el kilo comprando una pieza entera, y merece la pena porque congela
muy bien. Además, es un pescado rico en Omega-3, que contribuye a
disminuir el colesterol y los triglicéridos, tiene vitaminas y es
una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico.
Una forma fácil y sana
de preparar las patatas es lavarlas bien (con piel),
empaquetarlas en un trozo de papel de aluminio con una pizca de sal,
y meterlas en el horno. El tiempo depende del tamaño de las patatas:
si son de tamaño mediano (como un puño) en unos 40 minutos estarán
listas. Yo aprovecho mientras horneo un bizcocho o unas magdalenas:
las coloco en la base del horno y no hay ningún problema en cocinar
ambas cosas a la vez, porque no mezclan olores.
Una vez hechas las
patatas, las pelo y las troceo sobre una fuente o un plato.
El siguiente paso es
preparar el salmón: sirve al natural o ahumado, cortado en
trozos pequeños.
En una sartén pongo
nata líquida de cocinar (en nuestra casa usamos sin lactosa)
y dejo que hierva. Le agrego los trozos de salmón y un pellizco de
sal y pimienta, y lo dejo un minuto al fuego.
Después vierto la
mezcla sobre las patatas y a disfrutar!!! Es un plato realmente
sabroso...
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