Llega
el otoño, y la mayoría suspiramos con resignación porque se
acabaron las vacaciones, el sol, la playa, los días largos...
Pero
esta es una estación llena de cosas interesantes de las que podemos
disfrutar: es la estación de las cosechas, que simboliza la madurez,
el cambio de paisaje hacia colores rojizos – anaranjados – ocres
– marrones, la caída de las hojas... Todo se llena de magia, y es
una estación estupenda para disfrutar en familia.
A
pesar de que vuelven las lluvias y comienza el frío, todavía
podemos disfrutar de muchas actividades al aire libre con los niños.
Aquí
os pongo algunas experiencias interesantes para compartir con
los más pequeños:
1.
Recolectar moras silvestres es una actividad entretenida y a
la vez productiva. Al principio del otoño, en los bosques
encontramos arbustos repletos de esta fruta, con la que podremos
elaborar mermelada, bizcochos, batidos… y por supuesto comerlas al
natural... ¡Y es gratis!
2.
Hacer los clásicos molinillos de papel o una veleta
casera: podemos salir con los niños a la calle o al balcón para que
disfruten y experimenten, y aprovechar para escuchar los diferentes
sonidos que produce el viento.
3.
Preparar Halloween: esta actividad puede durar un par de
semanas. A los peques les encantará tallar una calabaza, decorar la
casa con sus creaciones, disfrazarse, preparar recetas sobre el
tema... La noche de de Difuntos podéis organizar una pequeña fiesta
familiar de disfraces, con una cena temática, contando historias de
miedo con la luz apagada y linternas, viendo algunos dibujos animados
que les hagan “temblar”...
4.
Salir de excursión para recoger hojas y clasificarlas por
colores: amarillas, naranjas, rojas, marrones, verdes… podemos
utilizarlas para numerosas manualidades, como hacer un dibujo o un
collage, huellas con témperas, un móvil para colgar cerca de la
ventana...
5.
Asar castañas: es un clásico fácil. Antes de asarlas hay
que hacerles un pequeño corte en la cáscara para que se hagan bien
por dentro. Será estupendo si tienes la oportunidad de hacerlas en
una hoguera al aire libre, pero sino puedes asarlas en el horno (una
media hora a 180º) Mientras esperáis a que estén hechas, los niños
pueden elaborar cucuruchos con papel de periódico para meter las
raciones.
6.
Salir al bosque a buscar setas. Para motivar a los niños
pequeños podemos contarles historias de gnomos, y ellos mismos harán
volar su imaginación. Si no eres un experto en setas, te aconsejo
que sólo recolectes níscalos, porque son fáciles de identificar y
no hay ninguna variedad de seta venenosa que sea semejante. Los
níscalos crecen semienterrados en zonas húmedas y sombrías a los
pies de los pinos, así que resultan fáciles de encontrar.
7.
Ir a una vendimia. Si tienes la oportunidad de mostrarles a
tus peques como se recoge la uva, será para ellos una experiencia
estupenda. Les encantará comer la fruta entre las viñas, llenar los
cestos participando del ambiente de la cosecha y disfrutando de la
naturaleza...
8.
Hacer una “guerra” con las hojas caídas de los arboles
puede ser realmente divertido, lanzarlas al aire para observar como
caen sobre nosotros y como se las lleva el viento, pisarlas para
escuchar como crujen...
9.
Cocinar
chulas
de calabaza.
Es un postre gallego típico del otoño que está riquísimo,
parecido a las tortitas o panqueques. Para elaborarlo, cuezo unos 250
gramos de calabaza y la trituro con la batidora. Añado dos huevos,
unos 50 gramos de azúcar, otros 50 gramos de harina, una cucharada
de levadura y un poco de canela, y lo bato bien sin que quede ningún
grumo. Después, voy haciéndolas a la plancha como si fueran
tortitas, y las sirvo calientes, expolvoreadas con un poco de azúcar
glass.
10.
Hacer dulce de membrillo. El otoño es la estación en que se
recolectan los membrillos, una fruta muy sana que nos ayuda a
combatir el asma y el colesterol. A los niños les encantará que
preparéis en familia el dulce de membrillo para acompañar el queso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario