Los hábitos son
conductas automáticas que llevamos a cabo de forma inconsciente. No
tiene porqué ser algo que hagamos repetidas veces, sino algo
automático, con un resultado constatable, y son modulares porque
podemos sustituir un hábito por otro sin demasiado coste.
Un hábito genera
emociones positivas cuando lo adaptamos y es congruente, cuando con
él nos sentimos en paz, resulta eficaz, es un hábito permitido y
tolerado, conseguimos integrarlo en nuestra vida cotidiana y nos hace
sentir contentos con lo que estamos haciendo.
Las personas adquirimos
hábitos a lo largo de toda nuestra vida, aunque de niños es cuando
resulta más fácil adquirirlos y consolidarlos especialmente cuando
no requieren de un proceso de cambio. Si desde el primer día le
enseñamos a nuestros niños que deben lavarse las manos antes de
comer, no tendremos que cambiar ningún hábito (o deshábito)
anterior, así que nos resultará mucho más fácil convertirlo en
algo automatizado.